Nutrición en el embarazo

Evaluación nutricional de la embarazada

Ingrid Rached Sosa

Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (CANIA), Caracas, Venezuela

Introducción/objetivos: El riesgo menor de complicaciones durante el embarazo o en el parto como consecuencia de una ganancia de peso adecuada de la gestante a lo largo de este período ha generado un creciente interés con relación a los efectos que tiene el estado nutricional materno sobre el producto de la gestación y el desarrollo infantil. La evaluación nutricional de la gestante comprende la evaluación inicial y el seguimiento. La evaluación inicial permite determinar el estado nutricional de la embarazada y estimar el riesgo probable de peso bajo al nacer, retardo del crecimiento intrauterino (RCIU) y recién nacido pequeño para edad gestacional (RNPEG) (1). La evaluación de seguimiento tiene como finalidades observar el cumplimiento de las indicaciones realizadas en la evaluación inicial, conocer los aspectos que dificultaron dicho cumplimiento y realizar los correctivos necesarios de manera precoz, de tal manera que se logré un manejo nutricional adecuado durante este periodo. Desarrollo: La evaluación del estado nutricional de la embarazada debe realizarse de manera integral, esta comprende el estudio de los factores de riesgo nutricional, las condiciones dietética, médica, antropométrica y bioquímica, así como también la del área psico-social en caso de ser necesario (2). Evaluación dietética: tanto la inicial como la de seguimiento permiten establecer las características de la alimentación y conocer si dicho consumo de alimentos cubre o no las necesidades de energía y nutrientes del binomio madre-feto, para ello se utiliza la historia dietética, que permita obtener la información previa y durante el embarazo del apetito, los hábitos y las conductas alimentarias. Evaluación médica: engloba el interrogatorio y el examen físico. El especialista debe indagar los antecedentes gineco-obstétricos y patológicos, el consumo de medicamentos, vitaminas, alcohol, drogas y cigarrillo, además debe interrogar los síntomas frecuentes del embarazo que requieren manejo nutricional. En el examen físico se determinan signos vitales, signos de malnutrición por déficit o por exceso, signos clínicos característicos del embarazo y se realiza una evaluación general por órganos y sistemas. Evaluación antropométrica: consiste en la determinación de diversas variables y la interpretación de los indicadores generados, estos últimos juegan un papel importante en la evaluación nutricional de la gestante y se clasifican en globales, mixtos y de composición corporal, según evidencien dimensiones corporales globales o proporcionen una aproximación a ciertos compartimientos corporales. Para la interpretación de los indicadores antropométricos tanto en la evaluación inicial como de seguimiento se dispone de los valores de referencia de Rached y col. utilizando tablas y gráficas de distribución percentilar en cada semana de edad gestacional, las gráficas de Atalah y col, Mardones y col, así como la de Rosso. Para el monitoreo de la ganancia de peso para cada trimestre de la gestación según el estado nutricional materno se utilizan las recomemdaciones del Instituto de Medicina (IOM) (EE. UU.) (3). Evaluación bioquímica: en la evaluación inicial se determinan las pruebas rutinarias que comprende hematología completa, química sanguínea y examen general de orina para la detección de proteinuria e infección urinaria, así como urocultivo en caso de ser necesario. En presencia de pacientes obesas con IMC > 30 kg/m2, debe realizarse el test de O’Sullivan y la curva de tolerancia glucosada cuando dicho test es positivo. Además, se aconseja determinar perfil lipídico (HDL, LDL, VLDL) en la primera consulta y perfil tiroideo (TSH, T3 y T4 libre) en caso de sospecha clínica fundamentada. La determinación de el ácido fólico se indica cuando se sospecha su déficit y la de otras vitaminas y minerales queda limitada a la investigación, por ser pruebas muy costosas. En la evaluación de seguimiento, entre las 28 - 32 semanas es necesario realizar la hemoglobina y el hematocrito; entre las 24 - 28 semanas a todas las embarazadas mayores de 25 años y en gestantes con IMC > de 30 kg/m2 se les repite el test de O’Sullivan y entre las semanas 32 - 36 del embarazo en este último grupo debe repetirse dicho test. La prueba de detección del VIH debe realizarse en los tres trimestres de la gestación. En conclusion, la evaluación interdisciplinaria de la embarazada permitirá establecer el apoyo nutricional apropiado para lograr cubrir las necesidades nutricionales propias de la mujer gestante, satisfacer las exigencias nutricionales debidas al crecimiento fetal que auspicien un peso adecuado del recién nacido, programar al organismo materno para confrontar apropiadamente el parto y favorecer la lactancia materna. Referencias 1.Pregnant and lactating women. In: World Health Organization. Physical status: the use and interpretation of anthropometry. Geneva: WHO; 1995. p.37-120. 2.Evaluación y manejo nutricional de la embarazada. En: Henríquez-Pérez G. Rached-Sosa I, editores. Nutrición en el embarazo. Caracas: Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (CANIA); 2014. p. 81-136. 3.Institute of Medicine. Subcommittee of nutritional status and weight. Gain during pregnancy. Nutrition during pregnancy. Part 1: Weight gain and nutrient supplements. Washington, DC: National Academy Press; 1990. 468 p.