Notas Necrológicas

Un recuerdo póstumo
Dr. Fernando E. Viteri

Fernando José Eugenio Viteri nació en 1930 en la ciudad de Guatemala; sus padres fueron el Lic. Ernesto Viteri y Doña Marta de Viteri. A pesar de que creció en el seno de una familia de abogados, desde niño quiso ser médico. En seguimiento a esta vocación ingresó a la facultad de medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala en el año de 1948. Ahí descolló como el mejor estudiante de su clase, graduándose el primero de diciembre de 1956. Su trabajo de tesis mereció la medalla del Premio Flores como la mejor investigación de ese año. Inició su carrera profesional en 1957 como Médico Residente de Medicina Interna. En 1960, viajó a los Estados Unidos a proseguir estudios de post-grado en Hematología, Nutrición y Metabolismo en las Universidades de Michigan, Harvard, y Cincinnati. Sus estudios incluyeron un período en el afamado laboratorio de radioisótopos de Oak Ridge, Tennessee. En 1965recibió un doctorado en Medicina y Fisiología de la Universidad de Cincinnati. Luego regresó a Guatemala para desempeñarse como Jefe de la División de Biología y Nutrición, del Instituto deNutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP), hasta 1980. Después de una salida intempestiva de Guatemala, asociada a su papel de intermediario para lograr la liberación del Director del INCAP y quien fue secuestrado por un grupo armado, trabaja hasta 1982 como Asesor Regional e Investigador de Enfermedades no Transmisibles en la OPS en Washington DC, y hasta 1986 como Asesor Regional y Jefe del Programa de Nutrición y Alimentos de la misma organización. Su espíritu de investigador incansable lo conduce a convertirse, ese mismo año, en profesor del Departamento de Ciencias Nutricionales de la Universidad de California en Berkeley, y a partir de 2002 como investigador del “Children’s Hospital Oakland Research Institute (CHORI)”. Su principal interés en investigación consistió en aportar las bases científicas de los cambios metabólicos en la desnutrición aguda grave infantil y durante la recuperación nutricional. Su trabajó llevó al establecimiento de bases clínicas para el tratamiento de la desnutrición proteínico-calórica aguda, y la prevención y tratamiento de la anemia por deficiencias nutricionales, especialmente la del hierro. Reconoció que dosis altas de hierro pueden provocar daño oxidativo, y por lo tanto investigó no sólo la efectividad sino también los efectos adversos de la suplementación con hierro. Los resultados de sus estudios apoyaron la recomendación de la suplementación intermitente (comúnmente semanal) con hierro con el propósito de prevenir y tratar anemia por deficiencia de hierro, pero al mismo tiempo evitar daños indeseables. Sus estudios con hierro-EDTA contribuyeron a determinar el uso seguro y efectivo de este compuesto en fortificación de alimentos. También se interesó en mediciones de gasto energético, composición corporal y rendimiento físico en trabajadores agrícolas de Centro América, y que constituyeron trabajos pioneros en el área de la nutrición y productividad. Durante sus últimos años como investigador estudió el folato y para el cual, siguiendo el ejemplo del hierro, postuló que su uso beneficioso está en establecer un equilibrio que beneficie (prevención de los defectos del tubo neural, p.e.) pero si alcanzar dosis excesivas que podrían ser riesgosas.

Notas Necrológicas

Recibió numerosos galardones y reconocimientos, entre los que se incluyen los siguientes: Identificado como uno de los líderes de la ciencia de la Nutrición por la Sociedad Latinoamericana de la Nutrición (2015); designación con su nombre al “Instituto para el Desarrollo y la Investigación Pediátrica” en el Hospital de la Plata, Argentina (2008); condecoración “Orden de Pedro de San José de Bethancourt”, mayor distinción al Servicio Público otorgada por el Gobierno de Guatemala a través del Ministerio de Salud (2007); Miembro Electo de la Sociedad Estadounidense de Ciencias Nutricionales (2003); Primer Premio W.K. Kellogg por investigación de nutrición humana en Latinoamérica (1997); premio de la OPS/OMS por servicio meritorio (1980);y miembro electo de la Academia de Ciencias de Guatemala (1977). Desconocido para muchos fue su interés por la música, de la clásica al tango, siendo su instrumento predilecto el cello. También fue un gran deportista, y practicó el golf, la natación, el tenis, la vela, y el motociclismo.

El Dr. Viteri falleció el lunes 11 de julio de 2016 en California. No solo dejó cientos de publicaciones que han ayudado a entender y promover la nutrición humana, sino también muchísimos colegas y amigos, quienes imitando su ejemplo se desempeñan ahora en muchos paises del mundo extendiendo los conocim,ientos y la filosofía adquiridos de él. Las personas que trabajaron y compartieron con Fernando lo describen como una persona carismática, sencilla, amable, afectuosa, y quien deja una herencia importante en las ciencias de la nutrición.Su ausencia física es claramente sentida, pero su legado será eterno especialmente en Latinoamérica, región a la que le prestó especial atención. Su memoria permanecerá por siempre en todos aquéllos que le conocimos.

Dr. Francisco Chew.
Investigador Asociado, Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá, INCAP, Guatemala.

Omar Dary PhD.
Buro de Salud Pública Global, USAID, Washington DC, Estados Unidos de América.