Simposio FFI: diseño, monitoreo y evaluación de la fortificación: estatus y retos programáticos en América Latina

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Helena Pachón, Kristin Marks, Timothy Nielsen

Unidad Soy Saludable. Maracaibo, Venezuela

Introducción: La fortificación de cereales con micronutrientes es una estrategia de salud pública para el control y la prevención de las deficiencias nutricionales (OMS/FAO 2006). De los 50 países de América Latina y el Caribe, son 44, 6 y 3 los países que requieren la fortificación de harina de trigo, harina de maíz y arroz, respectivamente (FFI 2015a). Costa Rica es el único país que cuenta con la fortificación obligatoria de los tres cereales mientras que Brasil, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá y Venezuela requieren la fortificación de dos de los cereales (FFI 2015b). Sin embargo, tener la legislación que obliga la fortificación no es suficiente para garantizar que ésta será implementada de una manera confiable y consistente para producir el impacto deseado en la salud pública. Objetivos: En esta investigación se propuso determinar la estructura y los procedimientos que países tienen para monitorear sus programas de fortificación y reportar los resultados que se han tenido al evaluar el impacto de los mismos. Desarrollo: Monitorear o vigilar que la fortificación se dé a cabalidad, tanto por los productores locales como las empresas importadoras, es responsabilidad de los gobiernos (OMS/FAO 2006). En el 2014, se enviaron encuestas a personas responsables por el monitoreo de los programas de fortificación de cereales; se enfocó la encuesta en países con la fortificación obligatoria (FFI 2015c). Se hicieron cinco preguntas: (1) ¿ Hay un comité nacional que le da seguimiento al programa de fortificación? (2) ¿Hay reglamentos y procedimientos escritos para el monitoreo externo de la fortificación que se efectúa a nivel de los molinos por parte de las autoridades gubernamentales? (3) ¿Hay reglamentos y procedimientos escritos para el monitoreo comercial de la fortificación que se efectúa a nivel de mercados (y otros establecimientos donde se venden alimentos) por parte de las autoridades gubernamentales? (4) Para países importadores ¿hay reglamentos y procedimientos escritos que documentan el procedimiento a seguir por parte de las autoridades gubernamentales para verificar que el alimento importado se encuentra fortificado? (5) En los últimos cinco años ¿se ha compilado un informe a nivel nacional de las actividades de monitoreo y seguimiento del programa de fortificación?. De los 81, 12 y 6 países del mundo que requieren la fortificación de la harina de trigo, harina de maíz y arroz, respectivamente, se recibieron contestaciones de 48, 12 y 5 países, respectivamente (FFI 2015c). Más del 50% de los países reportaron que tanto para la fortificación de harina de trigo como de harina de maíz: (1) hay un comité nacional que que le da seguimiento al programa, y hay reglamentos y procedimientos escritos para el (2) monitoreo externo, (3) monitoreo comercial y (4) monitoreo de importaciones. En comparación 35% o menos de los países reportaron (5) haber compilado un informe a nivel nacional de las actividades de monitoreo del programa de fortificación de harina de trigo y harina de maíz. Para los cinco países con fortificación obligatoria de arroz quienes contestaron la encuesta: (1) dos reportaron tener un comité nacional, uno reportó tener reglamentos y procedimientos escritos para el (2) monitoreo externo, (3) monitoreo comercial y (4) monitoreo de importaciones, y (5) ninguno reportó haber compilado un informe con los resultados del monitoreo. Además, se preguntó si una evaluación de impacto se había realizado en cada uno de los países con fortificación obligatoria de cereales (FFI 2015c). De los países que contestaron la encuesta, hubo respuestas afirmativas de 30% de los países que fortifican la harina de trigo, 18% de los países que fortifican la harina de maíz, y 0% de los países que fortifican el arroz. Países latinoamericanos y caribeños han encontrado un impacto positivo de la fortificación de harina de trigo (con o sin la fortificación simultánea de harina de maíz) en los siguientes resultados: una reducción en el número de nacimientos con defectos del tubo neural (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Perú), y un aumento en la concentración de ferritina sérica (Costa Rica, Venezuela) y en la concentración de hemoglobina (Brasil, Costa Rica). Conclusiones En resumen, la mayoría de los países en Latinoamérica y el Caribe tienen legislación que requiere que la harina de trigo, la harina de maíz o el arroz sea fortificado con micronutrientes. Se tiene que hacer mayor énfasis en asegurar que estos programas se estén monitoreando de manera continua. Las evaluaciones que se han hecho en la región apuntan a resultados positivos de la fortificación de harina en indicadores importantes para la salud pública. Referencias: Food Fortification Initiative. Global progress. 2015a. http://ffinetwork.org/global_progress/index.php Food Fortification Initiative. Regional activity: Americas. 2015b. http://ffinetwork.org/regional_activity/americas.php Food Fortification Initiative. New Grain. New Name. 2014 Year In Review. FFI: Atlanta, USA, 2015c. http://www.ffinetwork.org/about/stay_informed/públications/documents/FFI2014Review.pdf OMS/ FAO. Guidelines on food fortification with micronutrients. OMS: Ginebra, Suiza, 2006. http://www.who.int/nutrition/públications/micronutrients/9241594012/.